Castilla-La Mancha sabe a olivo: del paisaje volcánico a la copa de AOVE

Castilla-La Mancha es la segunda región productora de aceite de oliva en España y acaba de firmar una campaña de más de 145.000 toneladas. Entre olivares que se extienden por Toledo, Ciudad Real, Albacete, Cuenca y Guadalajara, conviven tradición, tecnología y un paisaje que huele a hoja fresca y tierra húmeda.

La calidad se reconoce en cuatro sellos con perfiles propios. Montes de Toledo defiende la Cornicabra con frutados intensos, notas a hoja y almendra y un amargo–picante elegante. Campo de Calatrava, sobre tierras volcánicas, apuesta por coupages con Cornicabra y Picual que aportan frescura verde y estructura. Campo de Montiel se distingue por su carácter marcado, con frutados altos y un final largo y vibrante. La Alcarria mima la Castellana (Verdeja), que ofrece aceites cremosos, de hierba fresca y avellana.

En la copa, las variedades hablan claro. Cornicabra es personalidad y estabilidad, perfecta para pan con tomate, asados y quesos curados. Picual brilla en cosechas tempranas con recuerdos a tomatera y alcachofa, y funciona de maravilla en guisos y carnes. Castellana es sedosa y equilibrada, ideal con pescados blancos, verduras y repostería.

La cultura del olivar late en fiestas y tradiciones. Cada primavera, Mora (Toledo) celebra la Fiesta del Olivo, con catas populares, desfiles y concursos de poda, un ritual que resume el vínculo manchego con su aceite.

El pulso del mercado llega con volatilidad. Tras el repunte productivo, se han visto bajadas puntuales en origen y la climatología otoñal marca el ánimo del sector: si el cielo se cierra, los precios se tensan; si llueve a tiempo, respira la cosecha.

Para disfrutar hoy sin complicarte, prueba ensalada de tomate con Cornicabra temprano para una explosión herbal, elige Picual en un guiso de caza o legumbre para potencia y equilibrio, y acompaña una lubina al horno con Castellana para una textura sedosa. En dulce, un AOVE de La Alcarria mantiene las migas húmedas y realza el aroma a frutos secos.

En clave viajera, un fin de semana basta para enamorarse. Sábado en Campo de Calatrava con visita a almazara y cata guiada entre coladas volcánicas. Tarde en Montes de Toledo con paseo por olivar tradicional y comparativa Cornicabra temprano vs. media recolección. Domingo en La Alcarria con ruta de Castellana, taller de cata y merienda dulce con AOVE.

Y unos truquillos finales. Usa vaso oscuro y templa con la mano para oler primero y saborear después. Recuerda que amargo y picante no son defectos, son vida y polifenoles. Guarda el aceite bien cerrado, sin luz ni calor, y disfrútalo en crudo siempre que puedas.