La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña prevé que la actual campaña 2024/25 se producirían alrededor de 35.500 toneladas de aceite de oliva, que duplicarían con creces las 15.350 toneladas de la cosecha pasada.
La producción de este año podría asimilar a la obtenida en algunas campañas anteriores a la sequía de 2022 y sería casi 6.000 toneladas superior a la producción media histórica de aceite de oliva en Cataluña.
No obstante, Antoni Galceran, responsable de aceite de oliva de la FCAC, alerta de que "las lluvias de los últimos meses, que facilitaron la floración y el cuajado, favorecieron también una mejora de la producción, especialmente en los olivares de secano. Habrá que ver si también mejoran los rendimientos, después de un año malo en este sentido".
Pese a las tormentas y la granizada de finales de septiembre que provocaron daños importantes en zonas concretas, el mayor incremento sería en el Baix Ebre-Montsià, que son las principales comarcas productoras de aceite de Catalunya. También aumentan las cosechas en el Camp de Tarragona y en los secanos de Lleida.
Hay que tener en cuenta que, de las últimas 4 cosechas, hay dos que se situarían en una campaña normal en Cataluña (alrededor de las 30.000 toneladas), mientras que las campañas 2022/23 y 2024/25 sólo llegó a producirse la mitad de una cosecha media; es decir, unas 15.000 toneladas de aceituna.
Producción por demarcaciones
En el conjunto de Tarragona , la cosecha pasaría de 5.700 toneladas a las 24.000 toneladas de este año. El mayor incremento sería en el Baix Ebre y Montsià, donde se concentra la mayor producción en Cataluña en una cosecha normal.
Sin embargo, hay que tener en cuenta los daños que ha sufrido el cultivo del olivo con las tormentas y granizo de las últimas semanas, que afectaron especialmente a la comarca del Montsià. Muchas aceitunas han caído al suelo y algunos brotes rotos pueden afectar también a la cosecha del próximo año. En determinadas fincas, los daños se sitúan entre el 30 y el 40% de producción.
También en Camp de Tarragona y el resto de zonas productoras, la cosecha sería superior a la campaña anterior.
En cuanto a Lleida, la producción podría incrementarse en torno al 20% respecto al año pasado, incrementándose de 8.500 a unas 10.000 toneladas. En estas comarcas, se ha constatado cómo, gracias al riego de apoyo, se consigue estabilizar la producción y, por primera vez, en la cosecha 2024/25 se obtuvo más aceite de oliva en la provincia de Lleida que en la de Tarragona.
Por último, se espera una ligera mejora de la cosecha en Girona y Barcelona alcanzando las 1.500 toneladas , frente a las 1.150 que se obtuvieron el año pasado.
Previsión nacional
Se estima que, en el conjunto del Estado español, se obtendría una producción aproximada de 1.370.000 toneladas en la campaña 2025/26. Esto supone casi unas 46.000 toneladas de aceite menos que en la cosecha anterior (un 3% menos).
Así pues, teniendo en cuenta la producción esperada y que el stock de final de campaña es bajo, la disponibilidad total de aceite de oliva quedaría bastante equilibrada en la demanda y, por tanto, el precio del aceite virgen extra en origen no debería caer por debajo de los costes de producción.
Estudio de costes
Por otor lado, las cooperativas del aceite de oliva catalanas colaboran en el estudio de costes de las diferentes tipologías de explotación y zonas productoras de todo el Estado, elaboradas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), a través de la empresa pública Tragsatec, mediante la aportación de datos sobre las explotaciones de olivo.
Recientemente, en Lleida, tuvo lugar una jornada de trabajo en la que se presentaron los resultados de la campaña 2024/25.
En la reunión se analizó la estructura de los gastos de las diferentes tipologías de explotaciones (secano, regadío, tradicional, intensivo, superintensivo) de las regiones productoras de aceite de oliva.
Por último, se llevó a cabo un análisis comparativo de las diferentes explotaciones típicas analizadas en la cosecha 2025.
La jornada concluyó al día siguiente con la visita a la explotación de 30 hectáreas de olivo con cultivo intensivo y superintensivo de la cooperativa de La Palma de Ebro, que participa en el estudio, y posteriormente se visitaron las nuevas instalaciones de la cooperativa de La Granadella.