Regulación de la oferta en el mercado oleícola

La evolución del mercado oleícola español en los últimos años ha estado marcada por una profunda volatilidad en los precios y un acusado impacto en el consumo de aceites de oliva. El informe "Regulación de la oferta en el mercado oleícola" examina esta situación a través de una rigurosa base de datos y modelos de previsión, proponiendo una norma de comercialización bajo el amparo del Real Decreto 84/2021, que permita estabilizar el mercado y proteger a los agentes más vulnerables de la cadena de valor.

Uno de los hallazgos más destacados del estudio es el drástico incremento de los precios en origen desde octubre de 2021 hasta junio de 2024: un 153% para el AOVE (de 3,17 a 8,02 €/kg), un 151% para el virgen y un 148% para el lampante. Esta tendencia se ha trasladado parcialmente a los precios en destino, generando un encarecimiento medio de entre el 121% y el 146%. Como consecuencia directa, el consumo en hogares ha caído notablemente, especialmente el del AOVE (-22,87% en 2023 respecto a 2022), mientras que alternativas como el aceite de girasol (+24,90%) o el de orujo de oliva (+119,85%) han ganado cuota de mercado.

El análisis del comportamiento del consumidor revela dos fases: una primera de resistencia a la sustitución pese a los altos precios, y una segunda en la que, al superarse determinados umbrales de precio y coincidir con una bajada del aceite de girasol, se produce un efecto sustitución más evidente.

En este contexto, el informe ha desarrollado un modelo de previsión del precio del AOVE en origen basado en tres variables clave: la producción nacional, las existencias iniciales de campaña y una tendencia de largo plazo. El modelo, con un 87% de precisión, permite prever escenarios de precio y evaluar la necesidad de activar la norma de comercialización.

Para la campaña 2024/2025, las previsiones estiman un precio medio del AOVE de 6,14 €/kg. Este valor, por encima de los umbrales de rentabilidad, no justificaría la aplicación de la norma en dicha campaña. Sin embargo, el estudio advierte que en campañas con producciones superiores a 1,8 millones de toneladas y altas existencias de enlace, los precios podrían caer por debajo de niveles sostenibles, recomendando entonces una intervención del mercado mediante retirada obligatoria de producto.

Estas medidas, si bien eficaces para sostener los precios y las rentas agrarias en el corto plazo, implican efectos contrapuestos en el medio y largo plazo: encarecen el producto para consumidores y exportadores en la campaña de aplicación, y pueden presionar a la baja los precios de campañas posteriores si no se gestiona adecuadamente el almacenamiento de los volúmenes retirados. El informe propone como alternativa destinar los excedentes a usos no alimentarios, aunque esto trasladaría una parte del coste a los productores, al no estar prevista ninguna compensación.

Otro bloque importante del estudio aborda los costes de producción del AOVE en distintos tipos de olivar, poniendo de relieve la vulnerabilidad de muchas explotaciones tradicionales y de montaña. Estos olivares presentan costes unitarios que, en algunos casos, superan los precios de mercado, amenazando su viabilidad. Bajo escenarios de precios bajos, el informe estima pérdidas de hasta 960 millones de euros para este tipo de olivar. Sin medidas de apoyo público, existe un alto riesgo de abandono de estas explotaciones, lo que conllevaría una pérdida de biodiversidad, tejido social y patrimonio rural.

Finalmente, se identifica la necesidad de establecer criterios claros para aplicar de forma eficaz la norma de comercialización, combinando políticas públicas de apoyo a los olivares vulnerables con herramientas de autorregulación sectorial. Solo así se podrá asegurar un futuro sostenible para el sector oleícola español, equilibrando los intereses de productores, consumidores y exportadores.