El Consejo Oleícola Internacional (COI), en colaboración con el Culinary Institute of America (CIA), ha celebrado hoy una reunión científica y normativa de alto nivel bajo el lema "El aceite de oliva y la mesa mundial: Diálogos sobre el futuro para impulsar la calidad en el sector del aceite de oliva". El acto, celebrado en el campus de Hyde Park de la CIA en Nueva York, reunió a un destacado grupo de funcionarios gubernamentales, científicos, líderes del sector y expertos técnicos en un formato híbrido.
La reunión forma parte de los preparativos en curso para la 29ª reunión del Comité del Codex sobre Grasas y Aceites (CCFO) prevista para febrero de 2026 en Malasia, donde la revisión de la norma del Codex Alimentarius para los aceites de oliva y los aceites de orujo de oliva estará en la agenda.
«El COI reafirma una vez más su papel como foro mundial de referencia para el debate científico sobre la normalización del aceite de oliva», declaró Jaime Lillo, Director Ejecutivo del COI. "Es esencial que las normas se desarrollen garantizando que son científicamente sólidas, objetivas y basadas en datos reales de producción. Esto es crucial para facilitar el comercio justo, prevenir el fraude y proteger a los consumidores en todo el mundo".
Un programa centrado en la ciencia, las normas y la colaboración
La jornada se abrió con un discurso de Jaime Lillo titulado «Crafting Our Future, 2025», en el que destacó la importancia de la cooperación internacional para avanzar en las normas de calidad, ampliar los mercados y fomentar la alfabetización culinaria.
Una parte importante del programa se dedicó a explorar las perspectivas científicas de las normas internacionales de calidad del aceite de oliva.
Las sesiones técnicas estuvieron dirigidas por un grupo de expertos de reconocido prestigio mundial. La Dra. Mercedes Fernández Albaladejo, Jefa de la Unidad de Normalización e Investigación del COI, dirigió los debates con claridad y precisión. La Dra. Selina Wang, de la Universidad de California, Davis, aportó sus profundos conocimientos en química oleícola, mientras que la Dra. Claudia Guillaume, Directora General del Modern Olives Laboratory de Australia, aportó valiosas ideas desde su amplia experiencia en pruebas y análisis de aceite de oliva. A ellos se unió la Dra. Anna Cane, Directora de Asuntos Científicos y Públicos de Deoleo, experta en química alimentaria y normas internacionales de calidad.
El Dr. Wenceslao Moreda, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y el Dr. Maurizio Servili, catedrático de la Universidad de Perugia, contribuyen desde hace tiempo a la investigación y el establecimiento de normas sobre el aceite de oliva. La mesa redonda también se benefició de los puntos de vista del Dr. Angelo Faberi, alto funcionario del Ministerio de Agricultura italiano y Presidente del Grupo de trabajo electrónico (eWG) del Codex, y de la Dra. Sarah Cahill, Secretaria de la Comisión del Codex Alimentarius, que compartió la perspectiva del Codex sobre los procesos de establecimiento de normas.
Kimberly Houlding, Presidenta de la Asociación Estadounidense de Productores de Aceite de Oliva (AOOPA); Leandro Ravetti, Director General de Cobram Estate Olives Limited; Joseph Profaci, Director Ejecutivo de la Asociación Norteamericana del Aceite de Oliva (NAOOA); y Thierry Moyroud, Director para Norteamérica y Latinoamérica de Deoleo, aportaron valiosas reflexiones desde sus respectivos sectores.
Un mercado en crecimiento con oportunidades en expansión
Con un consumo que alcanzará las 398.000 toneladas en la campaña 2023/24 -un 22% más que hace una década-, Estados Unidos se ha convertido en el segundo importador mundial de aceite de oliva. La producción nacional se estima en sólo 10.000 toneladas, lo que significa que el 96% del consumo estadounidense depende de las importaciones. Esto subraya el papel crucial del país en el comercio internacional de aceite de oliva.
En respuesta a este creciente interés de los consumidores, el foro también examinó las oportunidades que ofrece la creciente popularidad de la dieta mediterránea y la cocina basada en las plantas. Uno de los momentos culminantes de la jornada fue la presentación de una nueva iniciativa educativa sobre el aceite de oliva que el CIA lanzará próximamente. Dirigido a cocineros, profesionales de la restauración y minoristas, el programa se centrará en temas como la evaluación sensorial, las normas de calidad, la excelencia de los productos y las estrategias para atraer y educar a los consumidores sobre el aceite de oliva.
Más allá de las normas: Una visión de futuro
Por la tarde, la atención se centró en una visión más amplia del futuro del sector del aceite de oliva. La sesión «Sostener nuestro futuro» examinó la intersección de los imperativos globales de nutrición, sostenibilidad y salud -con especial atención al próximo informe EAT-Lancet 2.0- y cómo estos factores configuran el papel evolutivo del aceite de oliva en los sistemas alimentarios sostenibles.
El debate se enriqueció con las aportaciones de Greg Drescher, asesor principal del CIA, conocido por su liderazgo en iniciativas alimentarias sostenibles; Alexandra Devarenne, Directora General de la Extra Virgin Alliance y respetada educadora en materia de calidad y comercialización del aceite de oliva; y Jason Potanovich, Decano Asociado del CIA, que desempeña un papel decisivo en el fomento de la educación culinaria en torno al aceite de oliva.
Los participantes también disfrutaron de un «Almuerzo de descubrimiento y degustación de aceite de oliva», en el que se presentaron los aceites galardonados con los Premios a la Calidad Mario Solinas 2025 del COI junto con aceites de primera calidad de California y otras regiones, ofreciendo una exploración sensorial de la excelencia en el aceite de oliva virgen extra.
Una plataforma para el consenso científico y el comercio justo
Esta reunión histórica reafirmó el papel del COI como autoridad científica y reguladora mundial del sector del aceite de oliva. A través del compromiso con los Estados miembros y los países observadores -incluidos los Estados Unidos-, el COI sigue garantizando que las normas internacionales se basen en una ciencia rigurosa, un consenso mundial y un compromiso compartido con el comercio equitativo y la protección de los consumidores.