Entrevista a Teresa Carrillo

La revolución que se está viviendo en el sector del olivar es increíble. ¿Qué aporta una empresa líder en el sector a todo lo que está pasando?
 
Balam es una empresa con una estrategia clara de impulso a la innovación y creo que esto es la clave de una empresa líder de un sector como es la agricultura. Esto supone el desarrollo de técnicas, servicios, productos diferenciados que aportan soluciones a los problemas y a las necesidades de nuestros clientes. Y, por supuesto, aumentando la rentabilidad de su actividad.
 
Hoy en día hay muchos tipos de consumidores y el mercado demanda un tipo de aceite de oliva que a veces no se encentra en el mercado. ¿Se está produciendo una revolución también varietal en este sentido?
 
Por supuesto. La revolución varietal del olivar es una realidad que nace en respuesta de las necesidades de la industria y del consumidor, que cada vez es mucho más exigente. Balam, en su programa de mejora genética, está evaluando el comportamiento agronómico e industrial de más de 1400 variedades y genotipos hasta ahora, 30 de los cuales ya se encuentran en la fase de evaluación pre-comercial. Concretamente en esta línea, Balam ha alcanzado un importante hito este año, posicionando en el mercado a “Sultana”, una variedad que destaca agronómicamente en vigor, en precocidad, en producción y en calidad del aceite de oliva por encima del resto de variedades comerciales para sistemas de alta densidad.
 
La transformación de los modelos de cultivo de olivar es imparable. ¿Cómo cree que convivirán el sistema tradicional con los nuevos en el futuro?
 
Los sistemas tradicionales y de alta densidad son complementarios, con mercados bien diferenciados. Sabemos que los sistemas de alta densidad son sistemas muy rentables, haciendo un manejo sostenible de los recursos sostenibles. Y los sistemas tradicionales son imprescindibles por su valor económico, ambiental y, por supuesto, social de las zonas rurales. Cuentan con variedades exclusivas que aportan aceites de oliva excelentes a los que se puede, o se debe, dar un valor para hacerlos realmente competitivos.

Además, el mercado está viviendo este año una situación muy particular en cuanto a producción y precios. ¿Cómo afecta eso a las nuevas plantaciones?
 
Esta situación concreta y puntual de un año complicado climatológicamente hablando no afecta a proyectos de nuevas plantaciones. Este tipo de proyectos son diseñados y evaluados con tendencias medias de un conjunto de años anteriores, no de la casuística puntual como es este caso.

Las nuevas plantaciones de alta densidad son plantaciones que obtienen altas producciones medias con un coste de manejo reducido y que avalan el éxito de una inversión en este tipo de proyectos.
 
¿Qué le puede aportar a Balam su participación en un proyecto internacional como es el Congreso Mundial del Aceite de Oliva?
 
Balam tiene la oportunidad de estar en contacto con los principales actores a nivel mundial del aceite de oliva y, fundamentalmente, estar al tanto de las nuevas tendencias y adelantarnos a los posibles cambios que se produzcan en el mercado tanto en producción e industria, como a nivel del consumidor.