¿Qué papel juega el aceite de oliva y el sector del olivar en Castilla-La Mancha?
El aceite de oliva es un producto esencial. Lo es desde la perspectiva del consumo, por supuesto dentro de la dieta mediterránea, pero, sobre todo, es un producto que elaboran en Castilla-La Mancha cerca de 300 empresas, almazaras, cooperativas y almazaras particulares repartidas por todo el territorio, transformando las aceitunas de más de 80.000 propietarios en la región. Es decir, es un cultivo con una base social enorme, que aporta mucho desde el punto de vista económico y hace territorio en Castilla-La Mancha. Tenemos olivar prácticamente en todos los puntos de nuestra región, siendo la segunda comunidad autónoma en nuestro país con mayor superficie de olivar y con mayor producción de aceite de oliva.
Existen, además, varias figuras de calidad que potencian el cultivo y su relación con el territorio. ¿Qué están haciendo por el fomentar este tipo de denominaciones?
Tenemos cuatro denominaciones de origen. La más conocida es la Denominación de Origen Montes de Toledo, que apuesta por la variedad cornicabra que es la más reconocible en el ámbito territorial de Castilla-La Mancha, pero tenemos otras 3 que merece la pena mencionar: Campo de Montiel, Campo de Calatrava y La Alcarria. Son cuatro denominaciones de origen con las que trabajamos en promoción a través de una línea específica en el programa de Desarrollo Rural para hacer catas de aceite comentadas, para hacer promoción en puntos de venta… Trabajamos con las Denominaciones de Origen desde el Gobierno de Castilla-La Mancha y con la marca paraguas que tenemos, que es Campo y Alma.
Campo y Alma es una marca que representa, de alguna manera, a todas nuestras figuras de calidad. Ese aceite excepcional de esas zonas sirve de tarjeta de presentación de Castilla-La Mancha en la distribución alimentaria y, también, en la restauración. Cada vez estamos más presentes en la restauración y, por lo tanto, los consumidores reconocen más los productos de las cuatro denominaciones de origen de aceite de oliva virgen extra de Castilla-La Mancha.
La internacionalización es un elemento clave para este producto. ¿Cómo cree que pueden apoyarse los productores de su región en el Olive Oil World Congress?
Yo creo que un Congreso Mundial del Aceite de Oliva es muy importante. Creo que es una muy buena iniciativa que va a ayudar a todo el mundo: a los olivicultores y, lógicamente, a las almazaras que venden el producto. Creo que tenemos que dar un salto cualitativo en la defensa de nuestro aceite de oliva virgen extra en el mundo para, en la medida de lo posible, venderlo envasado, con un origen, con un etiquetado en el que quede claro de dónde procede ese aceite, qué variedad de aceite se está consumiendo… y creo que hay que hacerlo desde nuestro país y, de manera particular, desde Castilla-La Mancha. Nos falta mucho por hacer en el ámbito de la comercialización en los mercados internacionales con marca propia y con referencia al origen, y creo que el Congreso Mundial del Aceite de Oliva nos va a ayudar a transmitir lo mejor que tenemos en Castilla-La Mancha.
La campaña ha sido muy extraña en todo el territorio. ¿Cómo se ha desarrollado en Castilla-La Mancha?
La campaña ha sido muy especial porque se preveía una cosecha extraordinariamente baja en Castilla-La Mancha. A mitad de campaña aventurábamos una producción mayor y, finalmente, debido sobre todo a las últimas precipitaciones que se produjeron en el mes de enero, hemos tenido una algo más baja de lo previsto al inicio, alrededor de las 80.000 t como máximo es la cantidad que estimamos en Castilla-La Mancha. Estaremos cerca de esa cifra, que es alrededor de un 20 % menos que la producción media de las últimas campañas. Somos la segunda región en producción a mucha distancia de la primera, que es Andalucía, pero estamos creciendo.
En los últimos años nuestra producción aumenta porque aumenta, en definitiva, nuestra superficie. Tenemos alrededor de 450.000 hectáreas de olivar en Castilla-La Mancha y eso hace que cada vez crezcamos más. Es una campaña de poca producción, pero de una aceituna que ha entrado en almazara muy bien y yo aventuro un aceite excelente en toda la región.
Por último, ¿qué espera Castilla-La Mancha del Olive Oil World Congress?
Que sirva para promocionar el aceite de oliva, para hablar de un producto que es base de nuestra dieta mediterránea, base de nuestra economía como mencionaba anteriormente, y que forma parte de nuestra idiosincrasia, de la realidad social de nuestra gente, de la gente que vive en nuestros pueblos, en Castilla-La Mancha, que están muy cercanos al olivar. El olivar es un cultivo muy social. Mencionaba antes que hay más de 80.000 propietarios en una región de 2 millones de habitantes, eso significa mucho. Es necesario apoyar siempre a este producto tan nuestro como es el aceite de oliva. El Congreso desde luego lo va a hacer, creo que es una excelente iniciativa y desde luego va a contar siempre con el apoyo de Castilla-La Mancha.